Obligación de los inquilinos en cuanto a reparaciones.
¿Quién paga las reparaciones de una vivienda alquilada?
Según la Ley de Arrendamientos Urbanos, todas aquellas pequeñas reparaciones necesarias producto del desgaste por el uso natural y ordinario de la vivienda es obligación de los inquilinos, los costes derivados de su reparación, correrá por cuenta del inquilino, por lo tanto, esto incluye la reparación de los electrodomésticos en un piso de alquiler.
«Se ha roto la persiana de la habitación», «la cisterna del baño no me funciona», «la lavadora se ha estropeado» etc. como éstas, son muchas las circunstancias que se producen a diario en pisos arrendados y saber quién debe pagar las reparaciones (inquilino o arrendador) lleva muchas veces a que exista conflicto entre ambas partes.

La respuesta es en muchos casos complicada y es importante casi aclararlos punto por punto:
1) Inicialmente el casero tiene la obligación de realizar y pagar todas las reparaciones de conservación de la vivienda para asegurar el mantenimiento de la habitabilidad.
2) Exceptuando dos circunstancias o casos: que el inquilino haya sido el causante del daño o que se trate de una reparación propiciada por el desgaste del uso de la vivienda.
Esto lleva a que el arrendador sea el responsable de reparar la instalación de la luz si es muy vieja y por ello se funden las bombillas o salta el automático. También el casero debe asumir la reparación o sustitución de los electrodomésticos que dejen de funcionar porque ya se ha agotado su vida activa o el mantenimiento de pintura y barniz en el suelo que se deterioran con el uso.

Qué paga el inquilino:
Por su parte, el inquilino debe costear de su bolsillo las pequeñas reparaciones que exija el desgaste por el uso ordinario de la vivienda serán cargo del arrendatario.¿Cuál es el límite entre una reparación pequeña u otra de mayor tamaño?
Es muy complicado determinar cuál es la frontera entre ambos casos, pero está en el sentido común y el buen entendimiento entre ambos protagonistas (inquilino y arrendador) el saber diferenciar cada caso específico y tratar de llegar a un entendimiento que siempre beneficiará a ambas partes.
En definitiva, la mejor manera de solucionar todos estos temas es el diálogo y el sentido común por lo que es muy recomendable hacer uso de ellos.
