Vivimos en un mundo sujeto a normas, condiciones y cláusulas y de su conocimiento depende nuestra adaptación a este. Si esto lo aplicamos en la burocracia que rodea toda hipoteca y nuestra relación con los bancos, el tema se complica todavía más. Por ello queremos explicarte una de esas estipulaciones que muchos desconocemos y que pueden afectarnos de forma directa a la hora de firmar una hipoteca como son las cláusulas suelo.
A la hora de contratar una hipoteca con cualquier entidad bancaria una de las condiciones que podemos encontrar en ellas es la llamada “cláusula suelo”. Se trata de un requisito por el cual se fija una cantidad mínima fija al interés del pago de la vivienda, es decir, el banco limita a un precio mínimo la bajada real de los intereses y aunque estos se encuentren por debajo del mínimo establecido por el banco, tendremos que seguir pagando más de lo que los intereses demanden. Aunque alguno crea lo contrario, se trata de una cláusula lícita, legal. Pero para no caer en la ilegalidad esta tiene que aparecer claramente de modo que se comprenda y tengan claras sus consecuencias por parte de los firmantes de la hipoteca.
La forma de equilibrar este tipo de requisito es con una cláusula techo, que establecería un máximo de intereses a pagar. Lo que ocurre es que este tipo de máximos se suelen poner por encima de la cuota lógica de mercado por lo que finalmente no llega a ser efectiva. La compensación sería lógica cuando el rango entre el mínimo y el máximo fuera proporcionado y equilibrado.
Este tipo de cláusula ya está en desuso pero aun así muchas hipotecas firmadas años atrás aun la conservan. Es por ello que actualmente salen a la palestra muchas noticas sobre la abolición de este tipo de cláusula. Los bancos son pesimistas y tienen claro que tarde o temprano esta condición desaparecerá de las hipotecas, así se ha visto últimamente con la retirada de esta por parte de varias entidades bancarias. Según un estudio del Santander el impacto de esto en las cuentas de las entidades bancarias más afectadas sería de unos 800 millones de euros.
Está por ver si el gobierno finalmente interviene en este asunto ya que según últimas noticias se pretende una eliminación de dicha cláusula. Pero se trata de un proyecto en fase inicial y que difícilmente se consiga poner en marcha a corto plazo. La idea de la supresión es que los efectos de esta no sean retroactivos más allá del 9 de mayo de 2013, fecha de la primera sentencia en la que el Tribunal Supremo declaraba su nulidad.
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