¿Por qué no disponemos de las viviendas suficientes en el mercado, para que el precio del alquiler sea sensato?
El mercado de alquiler de viviendas en España tiene particularidades que difieren en ciertos aspectos del enfoque adoptado en otros países de la Unión Europea. La escasez de viviendas disponibles para alquiler y el equilibrio de los precios son preocupaciones significativas.
En un escenario curioso, el número de viviendas desocupadas supera lo que sería razonable. Existe una suerte de «desocupación estacional» que involucra propiedades en renovación, con problemas administrativos o en situaciones legales que restringen su disposición. No obstante, un gran volumen de viviendas vacías no está sujeto a este tipo de procesos.
Varios factores influyen en la decisión de los propietarios de no poner sus viviendas en alquiler. El miedo juega un papel predominante. Temen la pérdida de control sobre su propiedad una vez finalizado el contrato de alquiler, incumplimientos por parte de los inquilinos, daños considerables no compensados financieramente y la carga de los gastos si los inquilinos no cumplen con sus obligaciones.
En España, el 85% de los arrendadores son propietarios individuales, muchos de ellos de mayor edad, lo que los hace más sensibles a estos miedos y reticentes a alquilar sin seguridad.
Las políticas en torno al mercado de alquiler generan incertidumbre entre los pequeños propietarios. Medidas como contratos con plazos más largos, restricciones para ajustar los precios con el IPC, y la falta de mecanismos gubernamentales eficaces para resolver disputas entre arrendadores e inquilinos contribuyentes a este clima de incertidumbre.
En cambio, en varios países europeos, se implementan diversas estrategias para dinamizar el mercado de alquiler. Estos incluyen enfoques más enérgicos, como la ocupación de viviendas vacías en países como Holanda, multas en caso de propiedades vacantes prolongadas en Dinamarca y la demolición de viviendas desocupadas en ciertas circunstancias en Suecia. Además, la mayoría de los países ofrecen incentivos fiscales para la rehabilitación de viviendas destinadas al alquiler. Estas medidas buscan mejorar la oferta de viviendas en alquiler y, como resultado, impactar positivamente en la estabilización de los precios.